Fue en 1967 cuando nació Polienvases, empresa dedicada a los procesos de inyección de plástico, soplo y termoformado. Entre su producción destacaban los juguetes.
Ismael Gómez Charles es el hijo del iniciador de aquella empresa. Tuvo la oportunidad de realizar un posgrado en una universidad de Estados Unidos y, tras concluir sus estudios, regresó a México en 1995, cuando el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) ya había entrado en vigor y ofrecía mayores oportunidades de exportación a las empresas mexicanas que supieran aprovecharlo.
Gómez Charles cuenta a Comercio Exterior Bancomext que "en la crisis, mi padre estaba pensando en cerrar la empresa porque no había ventas de juguetes como las había habido en los últimos veintitantos años".
En 1986 México había ingresado al Acuerdo General de Aranceles y Comercio, y en 1992 firmó el TLCAN, que entró en vigor en 1994. Debido a esto "el país abrió sus fronteras, se empezaron a importar juguetes y el mercado nacional poco a poco se fue acabando", menciona el director de isgo Manufactura.
En aquella coyuntura de crisis y desafíos, Gómez Charles recuerda:
Me llegó un librito del Banco Nacional de Comercio ExteriorBancomext en el que se pronosticaba que las empresas de manufactura vendrían a México a producir electrodomésticos, electrónica, automóviles y autopartes.
Viendo la situación, le dije a mi papá que iba a haber una oportunidad muy fuerte en los siguientes años en la manufactura, pero orientada hacia los automóviles, la electrónica y los electrodomésticos. Entonces hice un pacto con él: le compré la empresa y entre 1995 y 1996 empecé a trabajar orientándome principalmente al mercado automotriz.
Así, aquella empresa evolucionó y cambió los juguetes, primero por la elaboración de productos electrodomésticos y, posteriormente, para migrar a la industria automotriz. De esa forma, en 2002, Polienvases se convirtió en isgo Manufactura.
Entre los principales apoyos que ha recibido su empresa, Gómez Charles enfatiza en la colaboración que ha tenido en los últimos doce años con la oficina regional de Bancomext en Monterrey. Los créditos que ha recibido han sido a tasas preferenciales.
Sin embargo, el ingeniero Gómez Charles ha preferido reinvertir las utilidades que genera la empresa, la cual, según sus cálculos, durante los últimos quince años ha tenido un crecimiento a una tasa mayor de 30% anual.
Las principales autopartes que genera ISGO Manufactura son pedales con sistemas electrónicos, componentes de interiores como consolas y ensambles que van dentro del motor de los coches. Pero hoy fabrica más de 300 productos diferentes.
Hoy, esa compañía (que tiene un par de plantas: una en García, Nuevo León, y otra en Villa de Reyes, San Luis Potosí, así como una oficina de ingeniería en Detroit) surte de piezas a las grandes empresas como Mercedes Benz, BMW, Volkswagen, Ford, Chrysler y Fiat, sin olvidar a las japonesas Toyota y Mazda. Lo anterior ha llevado a que, de la producción de la compañía, 85 o 90% se exporte.
Gómez Charles pone énfasis en la colaboración que ha tenido en los últimos doce años con la oficina regional de Bancomext en Monterrey. Los créditos que ha recibido han sido a tasas preferenciales
De su producción, la empresa está importando 50%, según explica: La resina que utilizamos, la electrónica que también compramos son parte de la materia prima que consumimos, y son fabricadas en México, pero otra buena parte en Asia, Europa y Estados Unidos.
Entre los problemas que isgo Manufactura tiene para exportar, Gómez Charles destaca que en otros países (como Corea del Sur y China) a las empresas el Gobierno las financia a tasas muy bajas y a largo plazo, mientras que nuestra banca comercial otorga apoyos a muy corto plazo por el tipo de seguridad que te piden. La banca de desarrollo de aquellos países financia con tasas de hasta 1% cuando saben que la producción va a ser de exportación. Entonces nos enfrentamos con la competencia sin ese tipo de oportunidades.
Pero el empresario es optimista, ya que espera abrir una tercera planta en el centro del país para competir con los sistemas más avanzados de manufactura con empresas japonesas y alemanas. Ello, asegura, le permitirá continuar con un crecimiento anual de 30 por ciento.