Este artículo analiza los efectos que tiene la modalidad de inserción comercial de México, particularmente con Estados Unidos y China, en la inversión del sector manufacturero del país. El periodo de análisis —de 2001 en adelante— está marcado por tres tendencias: el lento dinamismo del producto y la inversión manufacturera; la dinámica del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), y la creciente presencia de China en los países del TLCAN. El documento se estructura en tres apartados. En el primero se revisa brevemente la relación entre la inversión industrial y el desarrollo económico. En el segundo se presentan los principales resultados estadísticos y econométricos de un ejercicio realizado para 218 clases industriales, cuyo objetivo es evaluar los efectos del comercio exterior sobre la inversión. En la última, se presentan las conclusiones.
INVERSIÓN Y DESARROLLO ECONÓMICO: TEORÍA Y EVIDENCIA EMPÍRICA
La teoría y una abultada evidencia empírica dan cuenta del papel desempeñado por la inversión –así como la reorientación de la misma hacia la industria– como fuerza motriz del desarrollo económico. En México la evidencia corrobora la correlación positiva entre las tasas de crecimiento del producto manufacturero y las del producto global, tanto en el periodo de alto dinamismo (1960-1980) como en el del lento dinamismo (1982 en adelante); muestra, asimismo, que el incipiente crecimiento en la industria mexicana se acompañó de mayor inestabilidad en el producto y la inversión (ver cuadro 1).
La bibliografía empírica destaca que la baja inversión en la economía mexicana desde la década de los ochenta obedece, en parte, al lento dinamismo de la demanda interna, a los recurrentes periodos de apreciación del tipo de cambio real, a los programas gubernamentales de fomento a las importaciones temporales para su eventual reexportación, a la caída de la inversión pública en infraestructura y al racionamiento del crédito. Es importante destacar que, si bien las exportaciones pueden estimular la inversión vía el acelerador, sus beneficios se reducen por el impacto negativo que genera la profundización de la dependencia importadora del aparato productivo mexicano.
Más que concentrar la atención en la dinámica comercial y las elasticidades ingreso agregadas como determinantes del crecimiento del producto y la inversión —una visión presente en la escuela estructuralista y poskeynesiana—, es crucial examinar la estructura del comercio exterior desde un enfoque de organización industrial. En otras palabras, el concepto patrón de especialización comercial es relevante para el crecimiento (pues no es lo mismo exportar potato chips que microchips), pero es más significativo avanzar en la comprensión de los factores que inciden en la dinámica del comercio exterior; pues como en el modelo primario exportador, en el siglo XXI es relativamente fácil encontrar industrias dinámicas, modernas y exportadoras que operan como actividades de enclave.
La tesis clásica de industrialización se debe actualizar incorporando el impacto que los cambios en la organización de las industrias globales —conducidas por empresas transnacionales (ET)— tienen sobre el desarrollo económico. Especialmente, el proceso de fragmentación espacial del proceso productivo que, desde la década de los setenta, las ET inician en forma exitosa, dando origen a complejas redes de producción con múltiples empresas y territorios interconectados, donde la empresa del centro, la dominante, con- trola la información principal. Al interior de los países, esta fragmentación ha incidido en su dinámica productiva, en la medida que empuja a las industrias a competir por segmentos del proceso productivo y por la apropiación de valor agregado.
IFB=Inversión fija bruta; TCPA=Tasa de crecimiento promedio anual. Fuente: Elaboración propia con base en INEGI (2019).
El enfoque Cadenas Globales de Valor (CGV) de Gereffi constituye un marco analítico apropiado para examinar la geografía y la organización de la producción internacional actual. El enfoque permite comprender la racionalidad de las empresas líderes de las cadenas de valor en sus decisiones de deslocalización productiva y de distribución de valor agregado en segmentos específicos. Un punto a subrayar es que las ET dominantes en la cadena ejercen diversos grados de poder, en algunos casos sin que ello implique la propiedad directa sobre los activos fijos. Es decir, en principio su estilo de gobernanza es crítico para las posibilidades de aprendizaje y de escalamiento industrial (upgrading).
La temática es relevante pues invita a repensar la teoría de los determinantes de la inversión. En efecto, bien puede ocurrir que cierta industria dinámica que opera como un eslabón en una CGV, presente una elevada tasa de rentabilidad que, en contra de la teoría, no estimula su tasa de acumulación. Al respecto se puede señalar que las ganancias se generan en el territorio, sin embargo su apropiación y distribución se deciden en el exterior, por ejemplo, en el territorio que alberga al eslabón dominante de la cadena.
La respuesta territorial (a nivel de políticas) es crucial —para moldear el tipo de inserción de la economía nacional a la dinámica global— y es sistémica, en la medida que engloba la articulación dinámica y compleja entre diferentes niveles de análisis: el macro- económico, el mesoeconómico y el microeconómico. Con ello, el enfoque CGV y el enfoque sistémico se convierten en un marco analítico relevante para comprender la conducta de la inversión. En el caso mexicano bien se puede concluir, grosso modo, que la política macro e industrial vigente en México se ha alineado a la dinámica de las CGV cuyos eslabonamientos dominantes se localizan en Estados Unidos y China.[1]
COMERCIO EXTERIOR E INVERSIÓN: ANÁLISIS A NIVEL DE CLASE INDUSTRIAL
Con el propósito de entender a cabalidad cómo incide la inserción internacional del sector manufacturero mexicano en sus niveles de inversión, se realizó un ejercicio empírico para 218 clases industriales durante el periodo 2003-2016.[2] A partir de esta serie se generaron cinco agrupamientos según el destino principal de sus ventas (mercado interno o exportaciones), en función de la conducta del coeficiente medio de exportaciones (relación exportaciones a producción bruta) de la manufactura en su conjunto: I) manufactura total; II) 68 industrias exportadoras; III) 20 industrias altamente exportadoras; IV) 150 industrias orientadas al mercado nacional; V) 98 industrias orientadas al mercado nacional y de creciente participación de importaciones chinas.
a/ Cifras originales expresadas en millones de pesos contantes de 2013. 1. En porcentaje del valor agregado; 2. Como parte de la producción bruta total; 3. Dotación de capital por trabajador; 4. Entre paréntesis se presenta el dato de 2016 expresado como índice (base 2003=100). Fuente: Elaboración propia con base en INEGI y Secretaría de Economía (2018).
El análisis estadístico mostró que el grupo de 20 industrias tipificadas como altamente exportadoras constituye el núcleo dinámico del sistema (en crecimiento del producto, comercio exterior e IED). Este agrupamiento es dirigido por seis clases que integran a la industria autopartes-automotriz (ver cuadro 2). En contraste, se encuentra que 98 industrias orientadas al mercado nacional presentaron retrocesos en el producto y el stock de capital.
El núcleo dinámico es el máximo generador de superávit para la industria mexicana y financia, en parte, el abultado déficit comercial que genera el resto del aparato productivo, sobre todo el grupo de 98 industrias que ha enfrentado la competencia china.
Además, destina más del 75% de sus ventas a las exportaciones, está conformado por establecimientos de gran tamaño, presenta un elevado contenido importado y en su interior predomina el capital extranjero; o sea, está integrado por industrias participantes en la dinámica de las CGV.
Luego del examen estadístico se realizó un ejercicio de datos panel con cointegración sobre dichos agrupamientos, con el fin de evaluar el impacto que tiene el comercio exterior total y por principales socios (Estados Unidos y China), en la conducta de la inversión industrial, frente a otros determinantes de la inversión como el acelerador y el tipo de cambio real.[3] Esta es la aportación más significativa, pues permite dilucidar en qué medida la modalidad de inserción internacional de las industrias mexicanas determina la apropiación de valor agregado y, a través de ella, a la inversión industrial.
* Significativa al 1%; ** Significativa al 5%; *** Significativa al 10%. Entre paréntesis aparece el error estándar y entre corchetes el estadístico “t”. Fuente: Elaboración propia, pruebas realizadas en Eviews 8.
Para la industria total, el acelerador y las exportaciones resultaron estadísticamente significativas y presentaron signo positivo en las seis regresiones; mientras que las importaciones totales, las de China y el tipo de cambio real, resultaron significativas y con signo negativo (ver cuadro 3). Por otra parte, ante variaciones en el tipo de campo el coeficiente de exportaciones cae y los coeficientes del acelerador y de las importaciones aumentan (en valor absoluto). El efecto neto del comercio exterior sobre la inversión resultó negativo (regresión 2). La regresión 5 permite corroborar el resultado, pues por cada aumento en un punto porcentual en el contenido importado del comercio exterior (relación importaciones a exportaciones), la inversión se reduce en 0.18 puntos.
Dada la creciente integración de la industria mexicana con Estados Unidos y China, las regresiones 3, 4 y 6 estiman el impacto de ambos socios sobre la inversión. La regresión 6 estima el impacto de China, vía su participación relativa en las importaciones totales. El coeficiente resultó negativo y significativo al 1%, con un valor de -0.96. El coeficiente negativo de China supera al coeficiente positivo de las exportaciones estadounidenses. Es decir, la inversión resultó más elástica al coeficiente de importaciones chinas y menos elástica a las exportaciones a Estados Unidos. Por agrupamientos destaca lo siguiente:
MANUFACTURA MEXICANA DE EXPORTACIÓN
CONCLUSIONES
La estrategia de crecimiento vigente en México ha favorecido a un grupo de 20 industrias exportadoras —de alta dependencia a importaciones— que participan, grosso modo, en la segmentación internacional de la producción. En ellas, la inversión está regulada por decisiones que se toman en el exterior. Como la política macro, industrial y comercial ha favorecido tal tipo de integración, el dinamismo del núcleo dinámico ejerce un débil arrastre sobre el aparato productivo nacional.
Las 150 industrias orientadas al mercado nacional y que han permanecido al margen de los instrumentos de fomento, se caracterizan por presentar alta capacidad de generación de empleo, bajos coeficientes de inversión, baja dependencia importadora y un elevado margen de capacidad ociosa. En ellas, el acelerador es el determinante sistemático de la inversión, mientras que las importaciones (totales y chinas), al desplazar a proveedores locales, reducen los encadenamientos internos e inhiben la inversión.
La nueva administración federal del país (2018-2024) puede aprovechar los intersticios que los reacomodos globales abrirán a la industria. Las nuevas reglas de origen en la industria auto motriz (contenido regional, contenido laboral y compras de acero y aluminio) y las disposiciones laborales (ambas en el marco del T-MEC), así como las desviaciones del comercio provocadas por las crecientes tensiones comerciales Estados Unidos-China, pueden impulsar la demanda interna (aprovechando la elevada capacidad ociosa presente en las industrias) y la inversión (nacional y v.gr., de China), en proveedores tradicionales como la metalmecánica (una industria clave en innovación, encadenamientos y empleo).
[1] La metodología se puede consultar en Samuel Ortiz Velásquez, “La relación comercial triangular de México con Estados Unidos y China en el siglo xxi: efectos en la integración local del aparato productivo mexicano”, Economía Informa 407, noviembre-diciembre de 2017, pp. 18-39.
[2] La metodología se puede consultar en Samuel Ortiz Velásquez, “La relación comercial triangular de México con Estados Unidos y China en el siglo xxi: efectos en la integración local del aparato productivo mexicano”, Economía Informa 407, noviembre-diciembre de 2017, pp. 18-39.
[3] El método utilizado para estimar los coeficientes de largo plazo fue Mínimos Cuadrados Completamente Modificados (FMOLS). Una discusión detallada a métodos con datos panel se encuentra en Samuel Ortiz Velásquez, op. cit., 2015. Los sets están fuertemente balanceados y la forma funcional parte del modelo del acelerador:
lifbit = Yit + lxit - lmit + tcr0t + uit (1.1)
lifbit = Yit + lxeuit - lmchit + tcr0t + uit (1.2)
lifbit = Yit + lxeuit - cmchit + tcr0t + uit (1.3)
Donde:
lifbit = Logaritmo de la inversión fija bruta de la industria i en el periodo t
Yit = Tasa de crecimiento del producto agregado de la industria i en el periodo t
lxit = Logaritmo de las exportaciones de la industria i en el periodo t
lxeuit = Logaritmo de las exportaciones a Estados Unidos de la industria i en el periodo t
lmit = Logaritmo de las importaciones de la industria i en el periodo t
lmchit = Logaritmo de las importaciones de China de la industria i en el periodo t
lmchit = MCHit/Mit Coeficiente de importaciones de China de la industria i en el periodo t. Mide la participación relativa de las importaciones chinas de la indus- tria i en el periodo t como parte de las importaciones totales de la industria i en el periodo t.
tcr0t = Índice del tipo de cambio real en el periodo t
Se realizó una batería de pruebas de raíces unitarias y de cointegración a las variables consideradas. Las pruebas realizadas apoyan aproximadamente las hipótesis de estacionalidad y de cointegración entre las series.