México: Un país que vuela alto en la industria aeroespacial
La industria aeroespacial ha encontrado un terreno propicio para su desarrollo en nuestro país. La academia, las empresas y el Gobierno conforman la triple hélice que impulsa a esta pujante industria hacia nuevos logros. ProMéxico se ha sumado a este esfuerzo con la realización de los Mapas de Ruta Tecnológicos. El documento dedicado a la industria aeroespacial sienta las bases para un sistema de innovación mexicano en este sector.
Por: Francisco N. González Díaz

El sueño de volar siempre ha fascinado a la humanidad. Una de las referencias más antiguas se encuentra en la mitología griega: Dédalo hizo un par de alas de plumas, unidas con cera, con las que solía viajar desde Creta hasta Sicilia. En el siglo XV, Da Vinci diseñó varios prototipos que nunca se materializaron. Muchos intentos siguieron, como los de Ferdinand von Zeppelin, hasta la aparición de los hermanos Wright y Sikorsky en escena. Desde el momento en que era solo un sueño, la industria aeroespacial no ha dejado de innovar.

Esta industria se ha renovado continuamente con el objetivo de volar más alto, más lejos y más rápido. Las aeronaves han quedado como testimonios de los continuos avances tecnológicos. Así, esta industria —como creadora de innovación— también es el origen de la búsqueda de nuevos mercados y una mayor eficiencia. En los últimos años, México ha tenido un desarrollo exponencial en el sector y se ha convertido en uno de los destinos más atractivos de la industria.

 

Los cimientos del auge

en el sector aeroespacial

Los fundamentos del sector aeroespacial pueden trazarse a raíz de un mayor impulso al comercio exterior y un enfoque hacia la apertura comercial, misma que comenzó en nuestro país hace más de 20 años.
Desde entonces, México ha pasado de exportar manufacturas simples a convertirse en uno de los productores más competitivos en el sector aeroespacial. Esta industria es de las más dinámicas y con mayores oportunidades de crecimiento en el país.

Nuestras voluntades reunidas han permitido que tengamos una agenda coordinada que impulsará a esta pujante industria rumbo a las metas planeadas para
2020; entre ellas, la de alcanzar 12 mil millones de dólares de exportaciones en dicho año

Asimismo, México está aprovechando los fuertes cimientos de su industria automotriz y eléctrico-electrónica para construir sobre ellas su éxito en el sector aeroespacial. Estos sectores han permitido conformar una plataforma sólida que ha impulsado el desarrollo de capacidades más sofisticadas. En ese sentido, estos tres sectores comparten troncos comunes importantes que incrementan su competitividad común en la escena global.

 

El crecimiento del sector

aeroespacial en México

Hace poco más de un siglo, México fue el primer país en América Latina en realizar vuelos tripulados. Asimismo, fue de los primeros del continente en tener un taller de reparación aeronáutica, conocido como mantenimiento, reparación y overhaul (MRO), el cual se inauguró en 1915.

Desde entonces, los mexicanos no hemos dejado de volar y de esforzarnos por llegar más alto. Algunas cifras relevantes lo demuestran: a inicios del siglo XXI, nuestras exportaciones en el sector aeroespacial eran casi nulas; en 2014, exportamos más de 6 mil 300 millones de dólares. (Ver tabla 1.) Otro dato ilustra nuestro crecimiento: en 2005 había 61 empresas aeroespaciales establecidas en México; hoy, una década después, son más de 300. (Ver tabla 2.)

 

 

En casi 10 años, gracias a su capacidad de manufactura y talento, México ha pasado de tener solo un puñado de empresas en este sector a ser el sexto proveedor de Estados Unidos.

Tengo la certeza de que si hubiéramos compartido estos mismos hitos hace 20 años, no hubieran resultado creíbles.

 

Las ventajas competitivas de México

en el sector aeroespacial

Nuestro país posee una economía dinámica y en crecimiento, con fundamentos macroeconómicos estables y con certidumbre jurídica. Es un destino muy atractivo por su mercado interno: tiene una población joven de 120 millones de habitantes, con una clase media creciente. Cuenta con una gran experiencia en manufactura avanzada y en generación de productos sofisticados. Su red de tratados de libre comercio es una de las más grandes del mundo y su ubicación privilegiada en el corazón de América lo convierte en una plataforma estratégica hacia todo el continente.

México también destaca por su experiencia en manufacturas sofisticadas. De hecho, nuestro país es actualmente el tercer exportador entre los países del G20 en cuanto a manufacturas de media y alta tecnología, como porcentaje del PIB, tan solo detrás de Alemania y Corea del Sur. (Ver tabla 3.) En la actualidad, 50% de nuestras exportaciones son de media y alta tecnología.

Otras fortalezas son nuestra proximidad con Estados Unidos, que es el mercado más importante del mundo; nuestra infraestructura y grandes redes de transporte y logística, que nos conectan con los dos principales corredores de fabricación en América del Norte, y el atractivo caso de negocio que representa México, debido a su estructura de costos, la facilidad de producir en la zona dólar y un ambiente favorable para los negocios.

Una ventaja competitiva importante es nuestra incorporación al Arreglo de Wassenaar, lo que ratifica la confianza de la comunidad internacional en el país como una plataforma para la manufactura de productos y tecnologías de uso dual. Además, reconoce a México como un destino confiable para realizar inversiones que tengan como fin la producción de este tipo de bienes.

Y, sobre todo, nuestro talento y capital humano. Cada año se gradúan más de 110 mil ingenieros y técnicos de universidades mexicanas, cifra que excede a la de países como Alemania, Reino Unido y Brasil. (Ver tabla 4.) Es tal la calidad de nuestro talento, que más de 45 mil personas laboran cada día en el sector aeroespacial del país. Todas estas fortalezas han permitido que las principales empresas oem (Original Equipment Manufacturer) del sector aeroespacial ya estén operando en México.

 

La triple hélice del sector aeroespacial

El crecimiento que ha mantenido la industria aeroespacial en los últimos años no es producto de la casualidad, sino de la orquestación de la triple hélice, conformada por la academia, empresas y Gobierno.

Hoy podemos decir que nuestro país vuela alto —y con sus propias alas— en el sector aeroespacial, pues hemos materializado juntos —con la triple hélice— varios de los objetivos que nos planteamos en años anteriores, lo cual nos convierte en la actualidad en uno de los principales centros del sector aeroespacial en el mundo.

Nuestras voluntades reunidas han permitido que tengamos una agenda coordinada que impulsará a esta pujante industria rumbo a las metas planeadas para 2020; entre ellas, la de alcanzar 12 mil millones de dólares de exportaciones en dicho año.

 

El sector aeroespacial mexicano:

de centro de manufactura avanzada a motor de innovación

Nuestro país está listo para promover las actividades de innovación y alta tecnología de las empresas del sector aeroespacial, ya que contamos con la mayor fortaleza de todas: nuestra gente, llena de la preparación y talento necesarios para desarrollar los proyectos sofisticados que la industria requiere.

En ese sentido, deseamos que el país transite hacia una economía de la innovación, agregando más valor a lo que hacemos. Y lo vamos a lograr, porque gracias a las capacidades tecnológicas del país y a su capital humano, hoy existen alrededor de 200 centros de investigación y desarrollo en México, mismos que reafirman la grandeza   y capacidad de todos los mexicanos.

 

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¿Quién iba a imaginar hace una década que en México se habría de diseñar gran parte de la turbina del avión más grande del mundo, el Airbus 380? Este caso de éxito, como muchos más en nuestro país, son posibles porque existe el capital humano y el entorno de negocios apropiado para que estos proyectos se desarrollen.

Para llegar a nuestro objetivo de transitar hacia una economía de la innovación, requerimos atraer más proyectos de alta tecnología a nuestro país. Y una manera de hacerlo es trazando claramente el camino, a través de los Mapas de Ruta Tecnológicos.

 

Mapas de Ruta Tecnológicos: un camino marcado por la triple hélice

Los Mapas de Ruta Tecnológicos son documentos que —de manera gráfica— sientan las bases para un sistema de innovación mexicano en el sector aeroespacial. En la visión a futuro de esta industria, no nos vemos como un país únicamente de manufactura, sino como una nación que atiende el ciclo completo de vida de un equipo aeronáutico: desde el diseño, ingeniería y ensamble, hasta la reconversión, mantenimiento y reciclaje.

Estos mapas, por tanto, son herramientas importantes para la industria, pues presentan un análisis detallado del sector, señalan cuáles son sus fortalezas y marcan los objetivos que deseamos alcanzar en los próximos años y la vía para lograrlos.

Con el objetivo de promover el sector aeroespacial, ProMéxico ha publicado cinco mapas nacionales y cuatro mapas regionales: Baja California, Chihuahua, Nuevo León y Sonora.

El principal objetivo de esta estrategia es el desarrollo regional del sector aeroespacial, el cual identifica las vocaciones de cada entidad federativa. Para esto, considera las capacidades, la especificidad y los nichos industriales ya existentes en las diferentes regiones de México.

La estrategia de Baja California, por nombrar un caso, está enfocada en servicios de investigación y desarrollo para la industria aeroespacial. El estado muestra capacidades con el potencial para la generación de sistemas de fuselaje y plantas de poder, entre otros, para así convertirse en un importante proveedor de las cadenas globales de valor de Norteamérica.

 

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En Chihuahua, la madurez que ha alcanzado la industria aeroespacial le ha permitido atraer proyectos estratégicos de empresas líderes en bienes de uso dual, así como de alta tecnología. La vocación de la entidad fue identificada en manufactura de maquinados de precisión.

Querétaro, por su parte, tiene el potencial de diseñar turbinas y ofrecer servicios de mro especializados. Además de esta capacidad, también se concentra en la manufactura y ensamble de partes complejas de fuselaje e ingeniería para el diseño de turbinas.

En Sonora, la estrategia se basa en el desarrollo de la cadena de proveeduría con un enfoque de innovación, principalmente en la producción de turbinas, así como en la generación de talento especializado en el tema, con enfoque en las necesidades de la industria.

  

El sector aeroespacial en Francia: principales oportunidades de inversión

Tomemos algunos exitosos ejemplos para ilustrar el nicho de oportunidad que representa México para Francia en el sector aeroespacial. La empresa Labinal comenzó sus operaciones en Chihuahua en 1990. Derivado del éxito de esta empresa, a lo largo de la siguiente década, otras compañías francesas como Grupo Safran y Zodiac comenzaron a instalarse en nuestro país.

Hoy en día, las empresas francesas operan desde México para cumplir dos objetivos principales: estar más cerca de sus clientes en Estados Unidos y ganar terreno en un mercado que ofrece un claro crecimiento.

La industria aeroespacial francesa es una de las de mayor importancia en el país. Grupo Safran es el empleador número uno en México en el sector, al contar con más de 5 mil empleados en sus 10 plantas establecidas en territorio nacional.

Igualmente, el sector aeroespacial francés es uno de los más importantes en la Unión Europea. Actualmente, emplea a más de 135 mil personas y, en años recientes, las exportaciones del sector llegaron a registrar alrededor de 30 mil millones de dólares.

A su vez, Francia destina más de 15% de las ganancias anuales del sector al desarrollo de actividades de I+D y cuenta con, aproximadamente, 13 mil científicos investigadores dedicados por completo a ello, según la agencia Invest in France.

En México, existen centros de investigación de importantes compañías a nivel mundial enfocados en el desarrollo de I+D, así como en diseño e ingeniería para el sector aeroespacial, por lo que Francia puede encontrar en nuestro país a un aliado en el desarrollo de este tipo de proyectos.

Las oportunidades de inversión detectadas se centran en aquellas actividades que ayuden a completar el ciclo total de una aeronave, atraer pequeños y medianos proveedores en programas específicos, expandir las actividades de las empresas que ya están ubicadas en México y fomentar el desarrollo de los centros de I+D y transferencia tecnológica.

En 2014, las exportaciones mexicanas hacia Francia en el sector aeroespacial alcanzaron un monto de 172 millones de dólares. A partir de ello, y de acuerdo a las capacidades de la industria localizada en México, así como a la demanda creciente del sector en Francia, se detectan oportunidades para potenciar aún más nuestros vínculos en el sector.

 

Para México, el cielo es el límite

México avanza hacia la consolidación del sector aeroespacial. El Gobierno, la academia y el sector privado están realizando esfuerzos excepcionales para lograrlo, creando una triple hélice para impulsar el crecimiento de este sector en los años por venir.

Al hablar de las oportunidades para la industria aeroespacial en México,

el cielo es el límite

En menos de una década hemos logrado avances importantes: crecimiento de dos dígitos en exportaciones, grandes inversiones, ingreso al Wassenaar, la creación de un plan de ruta consensuado rumbo a 2020 y una visión centrada en la innovación. Todo esto demuestra que en México tenemos alas y nuestra mirada puesta en el punto más alto: ser los líderes del sector aeroespacial.

Ya lo decía el famoso escritor francés Gustave Flaubert: “Si miramos siempre al cielo acabaremos por tener alas”. Y en México ya estamos volando alto. Al hablar de las oportunidades para la industria aeroespacial en México, el cielo es el límite.